"No hay nada como volver a un lugar que no ha cambiado, para darte cuenta de cuanto has cambiado tú."
Nelson Mandela
Se acabaron las vacaciones por Spain. Ni más ni menos que veinte días. Veinte días que han dado mucho de sí, aunque no tanto como me habría gustado, desde luego. He cargado mis pilas, que andaban ya flojeando, y vuelvo con más energía y más ganas que nunca.
Por aquí no para de nevar y en mi casa empieza a sentirse el frío, pero no me desanima. Tengo muchos proyectos en mente que a veces me aturden, pero sobre todo, me mantienen en la brecha y feliz.
Aún quedan días duros, estoy casi segura. Pero este lugar ya no me parece tan extraño, ni siquiera tan frío. Me gusta mirar por la ventana y ver los copos de nieve caer. Me gusta caminar por la calle y sentir esos copos acumulándose sobre mi ropa de abrigo. Me gusta sonreír a la gente que me cruzo en la calle y que nunca antes había visto en mi vida.
Sigo pensando que no pasaría el resto de mi vida aquí, ni mucho menos, pero no me parece un lugar tan malo como para pasar una temporada más larga.
Voy a empezar un curso de noruego. No sé cómo este idioma ha sido capaz de cautivarme tan pronto, pero muero de ganas de poder comunicarme en él.
Sigo con las clases de inglés y me doy cuenta de lo mucho que me falta para conseguir el nivel que me gustaría. Hay tanto que aprender. Tanto trabajo por delante.
Y comienzan las clases de español, esas en las que intento estrujarme la cabeza para dar todo de mí, para provocar un antes y un después en esos alumnos que empiezan a aprender un idioma tan rico. Y parece que el teatro va a formar parte de ésto.
Mi propósito de 2014 es escribir más a menudo. Así que, aunque no prometo nada, lo intentaré.
Abrazos para todos y gracias por estar ahí.
Gracias por describirnos tus andanzas...ya sabes que yo estoy especialmente interesado en qué (nos-te) dediques tiempo en este sentido.
ResponderEliminarAnsioso por ver el nacimiento de los teatros, que chuli!!!
Mucho ánimo y calor!!!
Besotes.
Edu.